No recuerdo desde cuándo empezó mi fascinación con los cementerios. Me atraen particularmente aquellos que están marcados de manera especial por el paso del tiempo, como mostrando que siguen allí a pesar de todo.
Muchas tumbas han superado con creces la edad que tuvieron al morir sus moradores y se nota que buena parte de esos años no han recibido ninguna visita. A pesar de que caer en el olvido es como morir de nuevo, los cementerios son lugares de una riqueza antropológica innegable al demostrar cómo una sociedad trata a sus muertos.
Les dejo una pequeña muestra de mi colección de fotografías de camposantos.
Cementerio de Araya - El cementerio más simple al que jamás haya ido.
Irapa - Este sepulcro estaba al lado de la carretera antes de llegar al pueblo
e Irapa, en el oriente de Venezuela.
Cementerio de Recoleta - Ubicado al lado de la iglesia de Recoleta en Buenos Aires.
Cementerio de Père-Lachaise - Tumba de Edith Piaff en el famoso (y turístico) cementerio parisino.
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